miércoles, 30 de diciembre de 2009

EL CAMELLO (CAPITULO III: LOS GATOS DE FOFFO)

Me despertó apretándome el estómago un olor agrio, denso e insoportable. Di la culpa al desagüe del baño y a la mala digestión de mi compañero de piso. Me levanté aún cansado buscando cualquiera de mis cinco sentidos para encontrar las zapatillas de estar por casa y arrastrarme hasta el lavabo. El agua brotó del grifo precedida por un eructo, fría y marrón. Después le cambió el humor y me lavó la cara sin hacerme demasiadas preguntas. Evité, como siempre, mirarme al espejo para no tener que someterme a su juicio, me vestí con cualquier cosa de las que protegen del frío y me apresuré a ir a mi puesto de trabajo.
Abrí la puerta de casa y me atacó enseguida en la garganta el mismo olor que me había despertado, pero mucho más insoportable y fuerte, si eso era posible. Dí una ojeada distraída al patio y enseguida me di cuenta que las paredes no estaban manchadas por el moho de siempre, sino de algo oscuro y viscoso. Me acerqué a la pared: parecía sangre. Seguí las manchas para entender de donde provenían o sólo para dar un sentido a aquella imagen. Las líneas marrones partían cada una de un sitio diferente, esparcidas de manera casual sobre la pared, para confluir todas en un rincón no iluminado del patio. Me moví lentamente y, cuando mis ojos cayeron sobre el único rayo de sol que penetraba por la ventana del piso de arriba, me di cuenta que un animal muerto yacía esanime delante de la puerta del vecino. Era un gato. Tenía el vientre completamente descuartizado y sus tripas esparcidas en círculo alrededor de su cuerpo. Me puse una mano en la boca y me alejé disgustado. Me giré hacia las escaleras que daban al piso de abajo pero, cuando apenas había bajado cinco escalones, vi otro gato con el craneo machacado mirándome torcido con el único ojo que le quedaba. Sentí una sensación de sofoco y corrí rápidamente por la rampa intentando respirar un poco de aire fresco. Las escaleras estaban completamente diseminadas de gatos muertos, todos mutilados, con sus órganos pegados a las paredes y sangre por todas partes. Resbalé sobre un hígado o un intestino, no recuerdo bien, y acabé con la cara llena de algo pegajoso y asqueroso. Me levanté enseguida, intentando desprenderme esos trozos de tejido, y continué mi carrera preso del pánico. La distancia para llegar al portal parecía infinita y me costaba evitar todos aquellos cuerpos de gatos destrozados esparcidos por el patio. Tenía ganas de vomitar pero sólo conseguía hacer conatos que me hinchaban las venas de las sienes y me quitaban el aire. Finalmente llegué al portal. El atrio parecía una ciénaga de carne muerta y sangre. Por todas partes había cabezas abiertas de felinos o sin ojos, pezuñas que flotaban en charcos ennegrecidos. Intenté abrir el portal, pero la manilla no giraba.
Foffo apareció de repente con la cara aplastada sobre el vidrio del portal. Reía y su aliento distribuía un halo húmedo alrededor de su cara que le hacía parecer un monstruo. “Déjame salir hijo de puta!”, grité sin que un solo sonido consiguiese salir de mi boca. “ Déjame salir! Quítate de ahí cabrón! Quítate!”…

Abrí los ojos de repente. Estaba sudado y me faltaba el aliento. Apoyé las manos en el colchón para darme cuenta donde estaba. Me giré hacía la ventana que había dejado abierta. La Luna resplandecía amenazadora apoyada sobre un mantel de nubes gordas y negras. Miré el reloj: eran las tres de la madrugada.
Me encendí un cigarrillo para intentar quitarme el recuerdo de aquella pesadilla, pero me costó una hora volver a recuperar la calma y a convencerme de que había sido sólo un sueño, un horrible sueño. Empecé a preguntarme que significado podía tener, pero poco después mis pensamientos empezaron a apagarse lentamente hasta ser casi imperceptibles. Me volví a dormir y aquella noche no produje ninguna otra visión.
Por la mañana me levanté tarde y, aunque no lo quería admitir, me costó abrir la puerta y bajar al bar.

4 comentarios:

  1. Que mis mejores deseos te acompañen en el año que estrenamos.

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  2. Feliz Añoooo!! Que este año te de la inspiración suficiente para seguir asombrandonos con tus letras.

    Un beso.

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  3. Era imposible dejar de leer, las palabras te arrastraban a la siguiente linea de una forma realmente espeluznante. me encanto.

    Me quedo a seguirte.

    Un abrazo

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  4. Dios que horror de sueño, bueno más bien de pesadilla, con lo que me gustan a mí los gatos...puffff ha sido muy desagradable. Buena escritura :) saludos

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