viernes, 26 de febrero de 2010

TE LO DIRIA SI LO SUPIERA

No conozco un sitio mejor para pasar el tiempo que la ducha. Debajo del flujo fugaz del agua caliente parece que se evapore el cansancio y encuentren asilo las penas. A lo mejor será mérito de los recuerdos ancestrales que llevamos dentro desde cuando hemos abandonado de mala gana la placenta, lo que hace que la ducha nos recuerde que aún existe un lugar acogedor donde poder tirarse después de pasar un día entero en lugares que intentan sacar lo peor de ellos mismos para hacer de nuestra vida un inferno. Debajo de la ducha el mundo calla, y también nuestros pensamientos parecen tener la voz ronca. Enciendo el stereo y dejo que llene el baño como si de mullido algodón se tratase. Después abro el grifo y me olvido del mundo.

Tauro, en cambio, se ha levantado de malhumor. Ha paseado un poco por la constelación de Andrómeda, ha pasado a ver a la Luna para ver si lo distraía un poco. Pero, a lo mejor por la ausencia de duchas en el zodíaco, ha continuado estando de malhumor exactamente igual que cuando se había levantado. Por detrás de Júpiter se asoma Piscis e inicia a llamar en voz baja a Tauro: “Psss… Tauro… Tauro, ven aquí, mira”. Tauro estaba acostado en Marte, un poco incómodo, y ésto no dulcificaba su carácter, ya de por si tendente al aburrimiento. Con una mano aplasta un cometa y después, sin ni siquiera volverse, responde: “¿Pero qué quieres? Déjame en paz que hoy no estoy de humor”. Piscis en ese momento va hacia él. En realidad no le importa nada Tauro, pero se está aburriendo y quiere pasar el tiempo como sea. “Pero mira en que te has convertido. No pareces tú. ¿Pero de dónde has sacado esa barriga? ¡Y mira que papada! Estás envejeciendo muy mal, Tauro mío…”.

Tengo un extraño dolor muscular que disturba mi ducha. Como una contractura que me tensa los músculos de la espalda, se alarga como una grieta hacia el cuello, tanto que me resulta difícil pasar la esponja por la espalda. Giro la cabeza lentamente, con la esperanza de que ocurra un milagro y se me pase el malestar. Una vez he visto una película japonesa donde el protagonista sufría continuamente de migrañas y un doctor le explicaba que movimientos de cuello tenía que hacer para que pasase el dolor. Él lo intentaba, pero no sucedía nada, hasta que la trama, un poco surrealista de la película, le hacía realizar un robo. Solo en ese momento sanó. A lo mejor tendría que hacer un atraco yo también, quien sabe. A lo mejor tendrían que hacer un atraco todos aquellos que sufren de dolor de cabeza. A veces la moral de las películas, como las de la vida, se me escapan completamente.

“Vamos a ver, ¿qué estás buscando tú hoy?”, gruñe Tauro. “Pero porque no te das una vuelta por Venus y me dejas en paz”. Piscis empieza a darse cuenta que su aburrimiento tocaba a su fin: Tauro estaba picando el anzuelo y en breves momentos empezaría a divertirse. “¡Levanta ese culo! Apuesto lo que sea que me pongo a correr y ni siquiera puedes alcanzarme. Me acuerdo cuando eras famoso por tu energía…”. Tauro resopla tirando por la nariz un humo denso y negro, pero no le contesta. Entonces Piscis insiste. Se acerca a sus hombros y le golpea con la cola, después se prepara como si fuese a correr, pero cuando se gira, Tauro permanece tumbado. “¡Oye, barrigón! ¿Ni siquiera lo intentas,eh? ¿Ni siquiera intentas cogerme? ¿Qué dirían tus protegidos si te viesen así? Yo cambaría de signo, das pena solo con verte”. En ese momento Tauro se levanta enseguida. “Oye, mierdecita, ya me has cansado. Te había dicho que me dejaras en paz, pero ahora ya es demasiado tarde”. Tauro rasca con sus patas traseras el manto celeste, después inicia su embestida. Piscis ríe como un loco y corre velocísimo nadando entre las estrellas, que no oponen ninguna resistencia a su paso. “Venga barrigón, cógeme”, y se ríe.

Esto no va bien, no va para nada bien. A lo mejor es culpa del gel, pero hoy esta ducha no me relaja nada. Ese ligero dolor que impide mis movimientos parece aumentar y además tengo una especie de mareo. Envejecer es una mierda, pienso mientras me pongo el shampoo en el pelo, una mierda absoluta. Tendría que hacer más deporte, comer mejor y beber menos. Si, después me planto dentro de una maceta y espero que me crezcan las hojas. Nada de dietas, tendría que vivir en una isla de esas donde el paisaje te deja sin aliento, donde te mueves según tus propias necesidades y solo se suda cuando cruzas la calle. Empapo la esponja con un poco más de gel, dejo libres a las burbujas para que invadan mi cuerpo,la piel se ablanda y lo agradece. En cambio la vida se enciende un cigarrillo y permanece, una vez más, esperando el momento que más me convenga.

Tauro está furioso. Persigue a Piscis con todas sus fuerzas, aunque con escasos resultados. De todos modos no quiere darse por vencido. Los dos, a toda velocidad, pasan sobre Venus, pisando la cola a Escorpión que estaba leyendo un libro, y éste lo agradece insultándoles a los dos. Piscis esquiva a Neptuno, pero Tauro lo golpea de lleno y lo desplaza algún grado. “¡Para, imbécil, déjate coger!”, grita Tauro. Pero Piscis es demasiado rápido y se está divertiendo demasiado para acabar tan pronto la carrera. Zizzagea entre los cometas, evita meteoritos, roza a los planetas, mientras que Tauro los golpea torpemente. Sagitario, que pasa por allí de casualidad, es atropellado y cae al suelo; Acuario los ve llegar y logra escapar de Piscis,pero cuando se da la vuelta, Tauro le pasa por encima y no se para ni para disculparse. Hoy hay jaleo allí arriba. En el fondo ayer no es que fuera mejor.

El stereo se apaga solo. Pienso enseguida a un fantasma, o a algo paranormal, después reflexiono. Pero que fantasmas, que ovnis, que astrología. Aquí abajo lo único misterioso es como hacemos para encontrar las fuerzas para levantarnos todas las mañanas. Es por eso que buscamos “lo otro” en cualquier cosa aparentemente inexplicable que nos sucede. Es todo demasiado triste para ser verdad, tiene que existir una lógica que se nos escapa, de otra forma, tenemos que admitir que nada tiene lógica. Pero ahora basta. Estoy duchándome y solo tengo que relajarme. Aunque hoy parece imposible.

En un determinado momento, Piscis se distrae y acaba estampado contra Urano. Se sacude violentamente, tropieza, cae. Tauro lo coge enseguida. “Ahora que pasa, mierdecita”, grita. “Tauro, estaba bromeando, no te lo habrás tomado en serio”. Tauro da algún paso atrás, levanta la cabeza y emite un grito que llama la atención de todos los signos del zodíaco. Se asoma la V Casa de Cáncer, que enseguida sentencia, “Oh! Que aquí hay gente que trabaja!”. Leo bosteza, después se pone cómodo para disfrutar del espectáculo. Tauro está rabioso y continua sus embites. Piscis no tiene escapatoria.

La esponja se me escurre. No puedo ni mantener las cosas en la mano. El shampoo me cubre los ojos, lo que hace que me tenga que agachar a ciegas. Toco el fondo de la bañera con la mano en busca de la esponja, pero la maldita parece que haya desaparecido. Será el fantasma de antes, pienso mientras continúo la ansiosa búsqueda. Pero mientras extiendo el brazo hacia un ángulo no bien definido, el dolor de antes se transforma en una punzada desgarradora. Sólo puedo gritar “mierda”, después protejo la parte dolorida, pero pierdo el equilibrio. El pie derecho pierde el apoyo, y en mi semiceguera no encuentro nada a lo que agarrarme. Me rindo, tengo que caer y no puedo hacer nada para evitarlo. Como siempre.

No conozco un sitio mejor para pasar el tiempo que la ducha. También aquí en el hospital. Bueno, el agua no está tan caliente como en mi casa, pero es bastante relajante igualmente. Vuelvo a pensar vagamente en esa maldita esponja, que algún fantasma ha escondido sólo para hacerme un desaire inútil. Después reflexiono. Pero que fantasmas, que horóscopos, que misterios. Soy verdaderamente tonto.

8 comentarios:

  1. Jajajaja, que imaginación, me ha gustado las dos historias mezcladas, y creo que tienes razón en que muchas veces buscamos explicaciones ajenas para darle más sentido a nuestra aburrida vida, por eso yo leo porque puedo hacer muchas más cosas de las que en realidad puedo permitirme hacer. ¿Pero porque no soñar? No es tonto el que sueña, porque si lo piensas al imaginar cosas, tu mente se dispersa y se aleja de la realidad y eso hace que inconscientemente te relajes, ¿no te parece? Saludos!

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  2. Sì Sidel, hai ragione. Ma sognare fa bene solo se dopo sai dare forma ai tuoi sogni. I libri ci mostrano la strada, ma dopo dobbiamo essere capaci di percorrerla. Sei d'accordo? Me entiendes? :))

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  3. ....que rico estar bajo la ducha!!!!
    (tendre cuidado si se me cae la esponja...)
    un abrazo

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  4. Muy buena la historia, una sonrisa acida, a veces todo parece tan sin sentido que uno no sabe si llorar o reir. Vamos a reirnos o a soñar, un beso.

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  5. decididamente es el lugar más lindo después de un día de trabajo!!
    Saludos!1

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  6. Muy bueno, Roberto, francamente bueno, esa dualidad, esa dicotomía narrativa es excelente, la has manejado soberbiamente. Y me han gustado las dos hitsorias, la de la esponja escondona sobre todo, me he reido bastante....

    Un abrazo.

    Enrique.

    P.D. Para cuándo el próximo?, relatos así no se leen todos los días.....

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  7. me encanta pasar tiempo bajo de la ducha...cierro los ojos y me dejo caer...

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